Homenaje a Zamar-Sierra de Alaitz 20/02/2011

Era un día especial. Tenía que haber mucha gente y la hubo, tenía que hacer buen tiempo y lo hizo. El rincón elegido por Kaino expectacular. Las palabras de Txetxi en boca de Izaskun estaban en el corazón de todos los allí presentes (también en los que no pudieron asistir.) Andrés, Zala, Edorta y Amaya pusieron las notas que salían de los txistus y del tamboril. Ainhoa fue quien a las voces del Agur jaunak bailó ese emotivo aurresku. Javier, Bea, Rafa, Txaro... con sus fotos, Fer con el video... todos, todos hasta contar seseinta y dos, desde Iruña, Iratxeta, Tafalla, Pueyo...pusieron su granito de arena para que la jornada mendizale fuera inolvidable. Inolvidable para Gloria, Maite y Ana Carmen. Inolvidable para Zamar.
El pasado domingo 20 de febrero, amigos y familiares del recientemente fallecido Fernando Guillén “Zamar”, realizaron una salida montañera y homenaje a la vez por la sierra de Alaitz. Concretamente, desde Untzue hasta el paraje conocido como Itzula. La organización del evento corrió a cargo del grupo de montaña de Pueyo-Puiu e Iratxeta, Erripamendi Taldea , grupo al cual pertenecía el fallecido, siendo uno de los responsables del mismo.
Con un paréntesis entre el tiempo desapacible, el domingo, con un día primaveral y tras una ascensión de una hora larga, el grupo confluyó en la cueva natural de Itzula, lugar elegido para el homenaje. Tras un emotivo escrito, una dantzari, un grupo de txistularis y un pequeño coro interpretó el Agur Jaunak, tras el cual se procedió a la colocación de una placa escrita en bilingüe y dedicada al montañero. Tras este acto los seseita y dos participantes rompieron en aplausos llenos de emoción y fue una de las hermanas (fueron sus tres hermanas,) quien con gran aplomo se dirigió a los presentes, para agradecer las muestras de apoyo y ánimo que no les han faltado en ningún momento.
Tras un almuerzo bajo la cavidad rocosa del monte y un animado descenso, el grupo se dirigió a la socidad Zazuga de Pueyo-Puiu, donde les estaba esperando una suculenta comida en la que no faltaron canciones conocidas y donde el buen ambiente se adueñó de todos los presentes. ERRIPAMENDI TALDEA.

Panorámica de la Peña de Unzué